Clube de Adictos a Deep Purple

Clube de Adictos a Deep Purple
Clube de Adictos a Deep Purple

Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

Púrpura Chess

Púrpura Chess

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Los discos de Navidad. II.


Fiel a la cita de cada final de año, llama a la puerta de nuestros hogares la querida Navidad. Nunca llega sola, se acompaña de un puñado de buenos deseos y de las tres o cuatro cuestiones básicas que necesitamos las personas para ser felices entendiendo la vida en su simple y desnuda totalidad. Desgraciadamente toda la asquerosa maraña de sanguijuelas y parásitos abanderados de un consumismo que ya ni se molesta en esconder sus verdaderas intenciones, viajan -como cada año- cuál polizontes adheridos a su espalda mientras le intentan chupar la sangre poco a poco con cada anuncio de ofertas o rebajas en esos antros de perdición que constituyen los distintos centros comerciales. Pero eso es otro tema; como siempre, supongo.


La música, como en cualquier otro ámbito de la vida, no permanece ajena a esta realidad. Para alegrarnos un poco estas fechas se inventaron los villancicos y las canciones navideñas. Pese a que cada mes de Diciembre resulta un gustoso ejercicio obligado hacer sonar los diversas publicaciones navideñas que cada año nos regalan los artistas, este año no nos vamos a detener en los discos de villancicos propiamente dichos. Para este ejercicio vamos a parar nuestra mirada en todas esas grabaciones que abordan esta temática tan especial pero sin que contengan necesariamente esas revisiones de las típicas melodías navideñas. El sentido divino de la Navidad es tan poderoso que es capaz de llegar hasta los discos de muchos músicos que, sin abordar directamente o en su totalidad las versiones de villancicos, consigue vestir con su manto invernal muchas de esas obras llevándolas a su terreno. De este modo nos encontramos con creaciones de artistas que evocan directamente ese inconfundible aroma navideño pese a estar conformado mayoritariamente por composiciones propias y obviando las versiones de temas característicos navideños o reduciéndolos a su mínima expresión dentro del metraje del cd. Una vez más, esta clasificación es adorablemente subjetiva; seguro que cada uno podrá realizar la suya propia, extremo al que os animo.  Cualquier connotación o referencia al invierno o a la Navidad puede servir para darle una nueva perspectiva a determinado disco y eso no deja de ser algo grande.



Lana Lane: “Winter Sessions”.  2003.


Comenzamos con un disco que representa perfectamente el espíritu de nuestra particular selección. La cantante Lana Lane, pareja del teclista Erik Norlander, se sacó de la manga un disco que, aunque no contenía ningún villancico ni canción tradicional navideña, estaba lleno de referencias a esta época del año tan especial. En este cd nos encontramos una selección de canciones que casan a la perfección con el invierno, la Navidad, la espiritualidad y el recogimiento propio de este tiempo. Imprescindibles las versiones de clásicos como “Whiter shade of pale” o “California dreaming”, interpretadas con gusto y calidad por Lana Lane a la voz y por músicos de primera fila como Gregg Bisonette, Neil Citron o el propio Norlander; de hecho se nota la mano de Eric a la producción. El disco es un compendio de temas compuestos por Lana, Eric y algunas versiones. Algunos títulos como “December moon” o “Winter song”, además de grandes temas, hacen referencia a los fríos navideños y demuestran la elevada calidad compositiva de esta pareja. La portada es una completa delicia, el exterior de una casa cubierta por un dulce manto nevado que nos deja ver su interior acogedor con el detalla de una ventana que evoca un paisaje evocador. Una obra de arte.



George Lynch: “The Lynch That Stole Riffness!”.   2002


Nuestro amigo George es todo un fichaje. Ahora que parece que la reunión de Dokken tiene algo de recorrido se encuentra de nuevo en el candelabro –Mazagatos dixit-; supongo que volverá a discutir con Don Dokken y lo echarán todo al traste, una vez más. Este gran guitarrista lleva a sus espaldas toda una producción de discos con Dokken, Lynch Mob, en solitario y con proyectos paralelos de variada enjundia; la mayoría de ellos de gran calidad. Una de las prácticas que acostumbra a realizar George es publicar de vez en cuando mini Lps –o mini cds- de tres o cuatro canciones; supongo que el hecho de que no se vendan discos obliga a muchos artistas a promocionarse de esa manera. El caso es que hace unos años publicó un maxi titulado “The Lynch That Stole Riffness”, el disco está compuesto por tres temas –en particular “Static reaction” es una pasada- que no tienen nada que ver con la Navidad. La gracioso del asunto es que Lynch lo publicó en navidades y realizó un juego de palabras con el título del cd: en la cultura estadounidense el Grinch es un personaje de ficción, malhumorado y gruñón, que representa el lado oscuro de la Navidad, relacionado con el consumismo y alejado del sentido espiritual que debería tener esta celebración. Pues bien, el simpático y cachondo George Lynch realizó un juego de palabras Lynch/Grynch publicando este cd con una portada en la que salía caracterizado como dicho personaje que venía para robar, en lugar del espíritu navideño, los riffs de guitarra. Genial e imprescindible para desengrasar durante el periplo navideño. Necesitamos a George Lynch en Navidad; está claro.




Trans Siberian Orchestra: “Beethoven’s last Night”.   2000


Este grupo comenzó como un proyecto paralelo del guitarrista de Savatage Jon Oliva. Bajo un formato de orquesta con instrumentos de Hard Rock comenzaron a desgranar canciones populares y tradicionales navideñas conjuntando arreglos de Orquesta para sonidos rockeros con matices sinfónicos y progresivos. La propuesta cuajó y se puede decir que resultó todo un éxito en Norteamérica. El nombre del proyecto es un homenaje al ferrocarril transiberiano, el cual, según su productor Robert Kinnel, sirve de conexión entre distintas culturas al igual que la música del grupo. Este proyecto lleva funcionando desde 1996 y han publicado seis discos hasta la fecha, amén de varios recopilatorios. Es tal la respuesta del público que varias de sus publicaciones han alcanzado el platino en ventas, asunto nada desdeñable en estos tiempos musicales tan convulsos que vivimos.
Aunque la mayor parte de su obra abarca composiciones de temática navideña, hemos escogido este disco homenaje a la figura del irrepetible Ludwig Van Beethoven. Cualquier referencia de su discografía es recomendable y se merecen todo el éxito que llevan cosechando durante estos años. Todas las referencias al periodo navideño se encuentran impregnadas en sus discos.



The Little House Band: “Christmas 2000”.   1999


Otro proyecto más del infatigable Bernie Marsden. Este trabajo está realizado por lo que era la Moody Marsden Band, The Snakes, The Majesticaires, The Company Of Snakes y M3; o lo que es lo mismo,  la asociación de Bernie con Micky Moody acompañados de músicos de primerísima línea como Don Airey, Neil Murray o John Lingwood entre otros y que ha pasada por diferentes denominaciones para ofrecernos lo que mejor saben hacer: Blues Rock de muchos quilates –otro día hablaremos de las diferentes encarnaciones del grupo de Moody/Marsden hasta que discutieron y dejaron de colaborar juntos-. El disco es un compendio de clásicos de Blues transformados para la ocasión por este dúo con su buen hacer característico. Las sesiones se realizaron en un estudio de Buckingham y desafortunadamente no se llegaron a publicar oficialmente, quedándose como una especie de promo para todos aquellos afortunados que hemos conseguido tener acceso a ellas.
 


Cinderella: “Long Cold Winter”.   1988


Una preciosidad de disco. El combo que montó Tom Keifer junto a Jeff LaBar, Eric Brittingham y Fred Coury a principios de los ochenta nos ha dejado una impronta musical de considerable calibre. Lograron contrato discográfico gracias a un Jon Bon Jovi que tuvo la suficiente visión para ver la calidad que atesoraba Keifer. El grupo alcanzó el éxito en la época dorada de las llamadas Hair bands americanas, aunque lo de Cinderella siempre fue algo más cercano al buen Blues y al Hard Rock clásico que pudo convivir sin problemas con esa moda gracias al talento del propio Tom Keifer.
“Long Cold Winter” fue su segundo disco, ese en el que muchos grupos fallan después de haber publicado un disco debut superventas. No fue este el caso de Cinderella, ya que cuando hay talento el arte fluye de manera natural. En este disco se encuentran los clásicos “Gypsy road” o “Don’t know what you got (Till it’s gone)”, dos de los temas más exitosos del grupo. Todo el álbum rebosa calidad por sus cuatro costados, acentuando esas raíces Bluesy que tan bien ha transmitido Keifer en toda su música. No encontraremos villancicos ni referencias explícitas a la Navidad entre sus surcos, de hecho el single “Gypsy road” es un pedazo de canción que evoca el verano y el calor; no hay problema, Cinderella son perfectamente capaces de generar sensaciones diferentes en su música. Todo el concepto de la obra gira en torno al invierno y a lo que conlleva, incluso la portada –sobria y perfecta, con solo verla ya necesitas poseer el disco- o las fotos interiores consiguen crear esa atmósfera tan propia de la tranquilidad y el recogimiento de esta época del año. 


Con la ayuda a las baquetas del inmortal Cozy Powell se sacaron de la manga un segundo disco como una catedral. Y la guinda del pastel la encontramos en el tema título, desde que comienzan los primeros compases del tema “Long cold winter” el grupo nos regala un Blues épico y rebosante de intensidad, de esos que te ponen firme. Recuerdo con especial cariño la sorpresa que supuso para mí su interpretación en directo la primera vez que vinieron a España allá por el año 2010, uno de esos momentos que no sabes muy bien por qué, pero que se te quedan grabados a fuego para siempre. Pero esto es marginal.

                                                       Cinderella: "Long cold winter".



Bon Jovi: “Please Come Home For Christmas”.   1992


Nuestro querido Jon Bon Jovi no podía faltar a este cita navideña y, por supuesto, debía revisarla saliéndose del uso de cualquier tema típico o estándar; se le puede dar cera al amigo Jon Bon en muchos aspectos – renegar de la imagen y el estilo de sus primeros discos con los que alcanzó el estrellato o fabricar música enfocada en una determinada dirección y para un público mayoritario por citar un par de ejemplos-, pero la calidad compositiva siempre ha estado ahí y nunca ha querido vivir de las rentas.
Este tema es una versión de una canción original de 1960 del pianista y cantante Charles Brown. Apareció en 1994 en formato cd single y venía acompañada por otros dos cortes de temática navideña: “I wish everyday could be like Christmas” y “Back door Santa”; ya sabemos y agradecemos el interés que desde siempre ha mostrado Jon Bon Jovi en dotar a todos sus singles y maxis de caras b llenas de material inédito, versiones o tomas de directo.
Conviene comentar que “I wish everyday could be like Christmas” apareció anteriormente como cara b del single “Keep The Faith”.  Curiosamente, desde entonces han lanzado dicha canción como single navideño durante los años 1993, 2002 y 2011.



Tony Martin: “Who Put The Devil In Santa”.   2008


Otro gran cantante que ha tenido que subsistir a la sombra del inútil de Ozzy Osbourne en Black Sabbath. Nos regaló hace unos años un delicado corte acústico en el que  demostraba una vez más sus habilidades en el difícil terreno de la composición. Ideal completar su escucha con el single que grabó con el desconocido pero genial guitarrista Mario Parga bajo el título “Spirit Of The Night”. Para paladares exquisitos.

                                                Tony Martin: "Who put the devil in Santa".



Doro: “Merry Metal Xmas”.   2011


No podía faltar la rubia germana alegrando la Navidad con un single conmemorativo. Referencia inevitable y single interesante para todos sus seguidores.

                                                         Doro: "Merry Metal Xmas".



Lita Ford & Cherie Currie: “Rock This Christmas Town”.   2013


The Runaways al cincuenta por ciento para nuestro disfrute. Lita Ford se reunió con Cherrie Currie para grabar este single navideño. Todo el mundo esperaba una reunión del clásico grupo de los setenta pero no pudo ser, imagino que Joan Jett no lo vería claro. Ni siquiera el biopic “The Runaways” que produjo el Hollywood más comercial pudo lograr el éxito comercial que pudiese remover una reunión forzada; me alegro, alguien debe explicarle a Kristen Stewart que hace falta algo más que ser una aprendiz de vampira adolescente a la que rechaza su noviete de instituto para interpretar papeles de calado.



David Lee Roth: “Ain’t No Christmas”.   2015


Nuestro querido cock rocker por excelencia se descolgó con una grabación imposible de agarrar por ningún lado. El cantante que ha enseñado el camino a la mayoría de cantantes que se reconocen como tales nos sorprendió con una grabación publicada por Youtube poco después de finalizar su última gira americana por recintos de gran aforo en EEUU. Fiel a su deseo de desconcertar a cualquier bicho viviente de este sistema solar, el entrañable DLR facturó un tema acústico con su sello personal destinado a desconcertar al público masivo que asiste a sus conciertos con Van Halen y que le hicieron uno de los tipos más ricos del pasado año según la prestigiosa revista Forbes. Alguien como él, que ha sufrido en sus propias carnes las mieles del éxito y los duros avatares del fracaso, seguro que está completamente de vuelta de lo que el personal pueda opinar sobre sus excentricidades. Seguro que disfruta de su actual posición, ganada a pulso después de más de treinta años dejándose los huevos en cada escenario y en cada plató para entretenernos.

                                                 David Lee Roth: "Ain't no Christmas".



Topo: “Hay Rock and Roll En Navidad”. 2014.


Parecía complicado que desde el panorama patrio pudiésemos incluir en esta lista a algún grupo de nuestras latitudes. Quitando a los superventas prefabricados con sus discos facturados en serie con inercia ramplona, poco se puede salvar; y si hablamos de Hard Rock, aún menos. Afortunadamente, una vez más, emergieron los queridos Topo para dejar su personal huella y regalarnos este presente navideño abonando lo que en otros países es un vergel y aquí resulta un árido desierto; una vez más.
Este grupo madrileño, nacido a finales de los setenta a partir de la escisión de los también casi imprescindibles Asfalto, ha mostrado el camino a seguir en muchos aspectos y nos ha alegrado la vida a muchos de nosotros desde que sacaron aquel imprescindible disco homónimo de debut conteniendo joyas definitivas como “El periódico”el crucigrama es lo mejor-, “Vallecas 1996” o “Mis amigos dónde estarán”. La pasadas navidades del año 2014 se descolgaron colgando de la red esta especie de villancico compuesto especialmente para estas fechas tan señaladas. Nada de coger “Run run Rudolph” y meterle un par de arreglos, el universo de Topo funciona distinto. Nuestros amigos compusieron un tema propio que poco tiene que ver con los tradicionales villancicos de Navidad pero que abordaba esa temática desde su personal punto de vista. Lo dicho, una agradable sorpresa. Solo nos queda esperar el milagro de un disco completo sobre estos menesteres… ya tengo el hueco para el cd en la estantería.



Blaze Bayley: “Crazy Christmas”.  2016


El encantador vocalista que tuvo la mala fortuna de sustituir a Bruce Dikinson en Iron Maiden, ganándose el desprecio de un amplio grupo de cenutrios seguidores de la Doncella de Hierro, gusta de obsequiarnos con algún tema navideño cuando se acerca Diciembre. Blaze lleva tres años seguidos publicando un tema navideño por estas fechas, anteriormente publicó y este año le toca el turno a “Crazy Christmas”. Lo interesante del asunto es que el bueno de Bayley no se limita a lavarle la cara a cualquier tonadilla típica navideña, en estos tres años nos ha ofrecido tres composiciones propias que respiran Navidad. Con su imposible sentido del humor y del ridículo, el entrañable Blaze se las apaña para dejarse grabar disfrazado de Santa Claus mientras va montado en una moto por cualquier calle británica –imagino la cara que se le quedaría a cualquier viandante que casualmente se encontrase paseando y presenciase la escena-. Impagable.
Denostado por parte de la prensa por motivos que muchas veces se antojan incomprensibles, nuestro vocalista preferido lleva a sus espaldas toda una carrera discográfica de mucha calidad desde que abandonase la nave que comanda Steve Harris a finales de siglo pasado –“Silicon Messiah” es un discazo y tiene poco que envidiar a cualquier cd de Iron Maiden-. Brindemos una vez más por la Navidad mientras suena su single de este año… o el acústico “Russian Holiday”, una delicia.

                                                   Blaze Bayley: "Crazy Christmas".



James Brown: “James Brown Sings Christmas Songs”.  1968.


Una personalidad y un talento tan excesivo como el de James Brown no podían pasar por esta vida que conocemos sin homenajear a la Navidad bajo su particular visión. The Grandfather Of Soul grabó un par de discos de temática navideña en los años sesenta y otro más en 1999 –el penúltimo de su discografía en vida- para alegrarnos un poquito más la vida a todos los que apreciamos su legado musical y su impronta definitiva en el mundo del arte. Todavía recuerdo con congoja el triste momento en el que escuché por el cutre-telediario nacional que fallecía a los 73 años el día de Navidad del año 2006, víctima de un resfriado mal curado –parece ser que no hizo mucho caso de unos fríos que cogió el mes anterior y la cosa se complicó hasta el extremo-. Su muerte supuso todo un shock para mí, estaba cómodamente sentado en el sofá de la casa de mis progenitores descansando de algún exceso provocado por el reencuentro con unos cuantos seres queridos cuando visioné el desgraciado suceso. No lo pude asimilar en ese momento, era el primero de mis héroes que fallecía teniendo plena conciencia y conocimiento adulto de causa y supuso, sin duda, un punto de inflexión en mi vida. Sigo rezando por él y agradeciendo haber tenido la posibilidad de haberle visto actuar en vivo. Ojala su familia se ponga algún día de acuerdo, deje de comportarse de manera rastrera y permitan que su alma descanse en paz y el resto de su arte pueda ser compartida con todos nosotros.
De cualquier modo sus discos de Navidad merecen aparecer en este artículo. No son versiones de clásicos navideños ni nada por el estilo, el universo de James Brown siempre giró de otra manera. Nuestro encantador maltratador de mujeres no se podía conformar con registrar unas cuantas versiones de clásicos invernales, el bueno de James decidió inmortalizar una serie de composiciones originales que rescataban el espíritu navideño bajo su particular concepción artística. De la mano de su personal toque Funk y Soul  nos regala composiciones como “Sweet little baby boy”, donde el amigo James nos deja claro que no está dispuesto a rebajar ni un ápice el compromiso con su música y con su causa. Alguien como Brown tenía la necesidad de presentar temas propios aunque hablase de la Navidad, cosa más que loable, sobre todo en los actuales tiempos tan pueriles en los que nos rebozamos. Celebremos una vez más haber compartido espacio vital con este presidiario que comenzó su carrera suplantando al mismísimo Little Richard en su grupo musical de negros en medio de la América profunda de los cincuenta, pero eso será otra historia a contar.



Stuart Smith: “Heaven And Earth”.   1999


El primer disco del guitarrista y amigo personal de Ritchie Blackmore, al menos hasta hace unos años, Stuart Smith apareció bajo el título de “Heaven And Earth” y sirvió para denominar el proyecto posterior de dicho músico. Heaven And Earth lleva publicados tres discos hasta la fecha, todos ellos de calidad manifiesta. Nos vamos a detener en el primero, por el que siento auténtica debilidad. El amigo Stuart presentó una colección de canciones de primera, composiciones variadas y de mucha calidad. Además Smith consiguió reunir un ramillete de músicos colaboradores que tiraba de espaldas, tocaron en este disco gente del calibre de Glenn Hughes, Joe Lynn Turner, Richie Sambora, Paul Shortino o Tony Hansen entre otros; vamos, una plantilla de categoría especial y difícilmente igualable. La variedad estilística es palpable a medida que trascurre el minutaje de la obra. Podemos quedarnos con ejemplos de calidad como “Keep my grave clean”, “Memories”, “Lose my number” o la delicada “Shadow of the Tyburn tree” para darnos cuenta de que estamos ante algo importante. Rock duro con cuidadas instrumentaciones y especial gusto por la melodía para los paladares más exigentes. Todo ello coronado por una portada que me enamoró desde el mismo instante en el que la visualicé: el amigo Stuart en medio de un bosque nevado, nevado. Definitivamente demostrando buen gusto.

                                                   Stuart Smith: "Heaven and earth".



David Glen Eisley: “Stranger From The Past”.   2000


Este es otro de esos discos que no contienen canciones de temática navideña explícita, ni villancicos, ni versiones de clásicos ni nada por el estilo; sin embargo son capaces de desprender un extraño halo relacionado directamente con Santa Claus, Los Reyes Magos o Papa Noel. Este primer disco en solitario propiamente dicho del que fuese cantante de Giuffria está compuesto por un ramillete de canciones de Hard Rock melódico de muchos quilates, ideal para los fríos invernales; incluso la foto de contraportada, con un David Glen Eisley atusando el fuego de la chimenea de su salón, nos invita a sumergirnos en ese ambiente navideño tan característico de estas latitudes. Impresionante la entrada con el tema título y otras canciones de bella factura como “Sing brother” o “Can’t wait forever”. Para degustar en la intimidad.




Richie Sambora: “Stranger In This Town”.   1991


Si el disco de Stuart Smith y el de David Glen Eisley nos sugieren una sensación de ambiente invernal, este trabajo de Richie Sambora lo recrea a la perfección; la trilogía perfecta para estas fechas tan especiales. El ex guitarrista de Bon Jovi facturó a principios de los años noventa un álbum de Blues Hard Rock de muchísima calidad. Nos presentó una colección de canciones inspiradísimas repletas de melodías ganadoras sabiamente interpretadas por su personal voz, llenas de matices blues, edulcoradas de Rock con toques AOR y embellecidas con unas guitarras que adornan y complementan en su punto exacto. Todo en este disco está planteado siguiendo una intencionalidad, consiguiendo Sambora sumergir al afortunado oyente que se acerca a degustarlo en su particular visión. El que fuera su primer disco como solista nació de un puñado de composiciones que se sacó de la manga aunando esfuerzos con Jon Bon Jovi y Desmond Child. Según recuerda el propio Desmond, el fruto compositivo de esas sesiones entre los tres artistas dio como fruto seis temas: dos los usó el propio grupo Bon Jovi, dos acabaron apareciendo en el disco en solitario del propio Child titulado “Discipline” y las otras dos fueron a parar al disco solista de Richie Sambora. Uno de esos temas es “Rosie”, una gran canción con unas dobles voces en el estribillo que hacen subir enteros a un tema ya de por sí de primera división; la otra canción es “Father time”, un bonito y triste Blues con unos arreglos ciertamente interesantes que te recuerda irremediablemente a la figura paterna que envejece aunque la letra en realidad tenga poco que ver con eso.


El disco está repleto de grandes composiciones, no vamos a encontrar ningún relleno por aquí, comandadas por el tema título. El genial “Stranger in this town” es toda una declaración de principios que demuestra perfectamente de dónde viene Sambora, además de contener uno de los mejores y más inspirados solos de toda su carrera. Más de un crítico estreñido ha tildado al disco de demasiado pretencioso, por aquello de las referencias al Blues, supongo; incluso contó con la colaboración de Eric Clapton en el tema “Mr Bluesmen”, dedicado al sobrevalorado Mano lenta. Está claro que el que opine así de una obra de esta categoría seguro que no ha entendido nada de lo que se escucha entre sus surcos.
Incluso la portada impresiona, un tipo en la oscuridad de la noche apoyado en un poste con su guitarra al lado y sin ningún tipo de enunciado o leyenda que nos indique el nombre del artista o el título del Lp. Sencillamente mágico. Lamentablemente, en ediciones posteriores a algún lumbrera de la discográfica se le ocurrió escribir el nombre del artísta y el título en la portada; no sea que dejen de vender un puñado de discos más. Afortunadamente sigo conservando como oro en paño el cassette original que se publicó en su primera tirada y que conserva la portada original.


Con “Stranger In This Town” se completa nuestra particular trilogía de discos no navideños imprescindibles durante la Navidad. Solo queda seguir las instrucciones que el propio Richie nos recomienda para su uso: apagar las luces, encender una vela… y bienvenidos.

                                                 Richie Sambora: "Stranger in this town".



Electric Sun: “Earthquake”.   1979


El genio alemán Uli Jon Roth publicó tres interesantísimos discos entre finales de los setenta y principios de los ochenta con su grupo Electric Sun. Este proyecto lo formó tras dejar a los Scorpions una vez registrados los conciertos de la gira japonesa que forjaron el emblemático directo “Tokyo Tapes” de los alemanes. Este fue uno de los poquísimos casos en los que un músico abandona a una banda con éxito por “diferencias musicales” y realmente el motivo son las “diferencias musicales” –otro de los contados casos que también tiene toda la pinta de ser verdad fue el abandono de John Norum de Europe cuando estos alcanzaron el estrellato con “The Final Countdown”-; no en vano tanto Uli Roth como Schenker/Meine siempre han demostrado un exquisito respeto mutuo cuando se han referido los unos a los otros respectivamente. Estamos cansados de escuchar a músicos que dejan proyectos musicales por la tan manida expresión de las diferencias musicales cuando en realidad lo que ocurre es que no se soportan entre ellos, no han alcanzado el éxito deseado, tienen otra oferta mejor o un sinfín de motivos más, muchos de ellos de dudosa enjundia.
Nuestro querido zíngaro discípulo de las enseñanzas de Hendrix montó el interesantísimo grupo Electric Sun para dar rienda suelta a todo su universo creativo, que sentía comprometido y limitado por el incipiente estilo e identidad que estaban buscando los Scorpions de Rudolph Schenker. El primer disco que el nuevo grupo de Uli publicó respondía al acertado título de “Earthquake” y era eso mismo: un terremoto musical en el que fluían todas sus influencias de Jimi Hendrix integradas dentro del virtuosismo y primigenia visión musical del propio Roth.
No es un disco navideño ni nada por el estilo. Aparece incluido dentro de este artículo principalmente por uno de los temas que contiene, hablamos de la canción “Winterdays”. Este corte, como su propio nombre indica, trata sobre los días de invierno. Lo curioso del asunto es que es una pieza de corta duración, apenas alcanza el par de minutos, e instrumental; sin embargo, en ese escaso espacio de tiempo es capaz de evocarnos toda una serie de sensaciones relacionadas con esta época del año. No hace falta ningún texto alusivo a los fríos o las chimeneas, la guitarra de Uli susurra y evoca con maestría la fotografía de los copos de nieve cayendo en mitad del bosque creando un suave manto blanco que parece que alcanzas a visualizar desde la ventana de una pequeña habitación calentada por el calor de una hoguera en la chimenea que se encuentra al lado del sofá. Delicioso.

                                                         Electric Sun: "Winterdays". 





 

martes, 6 de diciembre de 2016

Martika: “I feel the earth move”


Nos vamos a finales de los ochenta. Esta canción fue un top 25 en EEUU, lo que tiene su mérito. Sin embargo el principal éxito de esta gran cantante fue el tema “Toy soldiers”, número uno en tierras americanas y disco de oro en ventas; de hecho el álbum acabó siendo disco de platino en Norteamérica en 1990. Martika apenas tenía dieciocho años y todavía vivía con sus padres cuando explotó el éxito de su primer disco. Incluso el propio Prince se fijó en aquella chica y colaboró en su segundo disco, titulado “Martika’s Kitchen” y publicado en 1991, pero no obtuvo el respaldo de ventas esperado en aquellos años de vacas gordas pese a ser una gran obra. 


                                           Martika: "I feel the earth move". Vídeo oficial.

Asqueada de un negocio musical que considera demasiado auto indulgente, egocéntrico y narcisista -según sus propias palabras-, desapareció de la vida pública hasta que en el nuevo siglo publicó música acompañada por su marido en una clave de Pop Rock con tintes góticos que no acabó de cuajar. Cambió su nombre artístico bautizándose como Vida Edit en 2010, aunque posteriormente dejó de usarlo tan solo un par de años más tarde. Últimamente  ha realizado algunas giras en locales de mediano aforo. Es una lástima, porque demostró tener mucha música en sus manos; esperemos que resurja de sus cenizas tarde o temprano. Nos quedamos con su primer disco de Pop Rock salpicado de esas pinceladas rockeras que tanto nos gustan a los que valorábamos parte de la música de moda que sonaba en la radio en aquellos años. Por aquel entonces todavía triunfaban en las ondas las melodías bien hechas, canciones Power Pop –si existe esa denominación- edulcoradas con guitarras eléctricas y guiños Hard Rock que, pese a desagradar a los Heavys más intransigentes de entonces, llamaban la atención de  muchos de nosotros. Triunfaban en las listas artistas como Alannah Myles, la propia Martika o Cher, que se rodeaba en sus grabaciones de músicos como Steve Lukather o Richie Sambora entre otros. Otros tiempos y mucha calidad en lo que sonaba.


Desgraciadamente la carrera posterior de Martika ha estado llena de irregularidades, altibajos y desapariciones de la escena. Lástima que los dos buenos discos que nos legó a principios de los noventa, sobre todo el personal “Martika’s Kitchen”, no bastasen para afianzar su carrera. En 2012 publicó el single “Flow With The Go” como anticipo de un supuesto nuevo disco titulado “The Mirror Ball” y que todavía no ha visto la luz. Tras varias intentonas fallidas este pasado verano de 2016 formó parte de la gira “Totally 80’s Tour”, que recorrió tierras australianas con un cartel atómico integrado por gente como Katrina Elizabeth –de Katrina And The Waves-, Stacey Q, Limalh –sí, el de la Historia Interminable- o la propia Martika. De cualquier modo nunca es tarde para que se le haga justicia a una gran voz.

                                          Martika: "I feel the earth move". Sydney. 16.7.16