Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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martes, 23 de mayo de 2023

Don Dokken & Co, a mil millas de distancia. "1000 Miles away".

No es ningún secreto que Dokken es una de las debilidades del que esto escribe. Un grupo tan aparentemente normal y que con total probabilidad pocos escogerían de entre la excitante amalgama de bandas rockeras americanas que explotaron en los dorados y excesivos años ochenta. Sin embargo Dokken pasa por ser una agrupación que lleva en esto desde mediados de los setenta y con una música de mucha calidad. Sus composiciones son fácilmente reconocibles, lo que dice mucho y muy bueno de un grupo si además son brillantes. El grupo comandado por el irreductible vocalista Don Dokken ha sufrido innumerables vicisitudes en su dilatada trayectoria musical. Aunque un buen número de músicos han sido de la partida al lado de Don, los seguidores enseguida pensamos en su formación clásica que tantos buenos momentos, discos y canciones nos reportaron. No solo el binomio Don Dokken a la voz y George Lynch a la guitarra forman un tándem tan exquisito como peligroso; es que su bajista clásico Jeff Pilson es de todo menos tonto: bajista, guitarrista, teclista, cantante, arreglista, productor y compositor... casi . Y el círculo lo cierra el batería Mick Brown, un tipo tan eficaz como salvaje. No me extraña que cuando Wild Mick dejó Dokken el elemento de Ted Nugent, que tampoco tiene nada de tonto en lo que a música se refiere, se lo agenciase para su grupo.

Don Dokken, Jeff Pilson, Mick Brown y George Lynch.

Entre unas cosas y otras llevan cerca de cuarenta y cinco años funcionando. Su primer single data del año 1979 y, aunque no lo parezca a primera vista, su saga es bastante amplia. Un buen número de músicos han aportado su impronta en cada una de las grabaciones de este grupo. Atesoran cerca de las doscientas grabaciones. Bueno, a quién pretendo engañar. Conozco el número exacto de obras oficiales -excluyendo recopilatorios y demás engendros de dudosa enjundia con los que las compañías nos atosigan estos últimos años- publicadas por esta gran familia musical: 226 discos. Justo ahora llevo un par de semanas degustando todos y cada uno de estos discos -que están en las estanterías de mi casa, por supuesto-, por lo que en estos momentos el universo Dokken se ha apropiado del todo de mi saturado cerebro. Un ejercicio tan saludable como excitante que cada año realizo por estas fechas.

La gente familiarizada con el grupo conoce sobre todo los discos clásicos de los años ochenta, un ramillete de cuatro cds de estudio y un doble en directo que les convirtió en platino. Por desgracia, las tensiones internas y el choque de personalidades que siempre hubo entre Don Dokken y George Lynch dinamitó la formación clásica por completo. Ambos siguieron desarrollando sus carreras en solitario, se volvieron a juntar, se volvieron a pelear y todo lo que suele ocurrir en los grupos famosos. En la actualidad Don y George parece que han alcanzado un término medio estable en su relación y, aunque dudo mucho de que vayan a quedar todos los viernes para cenar con sus parejas y tomar algo, llevan un tiempo tocando juntos en dobles carteles Dokken/Lynch Mob y/o subiendo Lynch al escenario con los Dokken actuales para hacerse un par de temas en los bises con el grupo madre.

Dokken 79: Steven Barry, Don Dokken y Greg Pecka.

Para justificar esta pequeña reflexión de fan irredento del universo Dokken no nos hemos ido a ninguno de sus clásicos, que los tienen y en mayor medida que otras bandas puede que con más reconocimiento. Una de las características de esta saga es que para formar parte de la misma debes poseer un nivel elevado con tu instrumento. En Dokken no toca cualquiera y uno no tiene más que revisar las distintas formaciones para comprobar el nivel de cada uno de sus integrantes. Les puede ir mejor o peor, pero Don y compañía parece que tienen bastante claro el perfil de músico que buscan para hacer música cada vez que se ven obligados a ello. Un grupo por el que, además de la formación clásica antes citada, han pasado músicos como Reb Beach, Barry Sparks, Jon Levin, Alex de Rosso o John Norum entre otros demuestra esta afirmación de manera clara. Es precisamente Norum el protagonista junto al propio Don Dokken de la canción de fondo que presenta este escrito.

Tras desmantelar el grupo a finales de los ochenta con el excelente doble directo "Beast From The East", cada uno tiró por su camino. Don montó un grupo para sacar un disco en solitario que en un principio estaba pensado bajo la misma denominación de Dokken. Al final, como Don Dokken salió a la venta "Up From The Ashes". Un título muy apropiado con el que nuestro amigo Don buscaba renacer de las cenizas de su extinta banda. Con John Norum como principal lugarteniente, publicó un ramillete de canciones tan buenas como se espera de alguien que haya formado parte de Dokken. Este "1000 Miles away" tiene todos los ingredientes que hicieron famoso a Don: bonitas melodías marca de la casa mezcladas de manera natural con una música cañera y con gusto. Todo ello aderezado con la guitarra solista de John Norum, de hecho el conocido guitarrista de Europe formaría parte de una nueva encarnación de Dokken años después. Participó en el estupendo disco titulado "Long Way Home" que el grupo publicó en el ya lejano año 2002 y en su gira de presentación. Tengo una anécdota bastante cachonda con respecto a esa gira. Por aquel entonces que Dokken se acercase a tocar en España era poco menos que una quimera, por lo que un colega y yours truly nos metimos en un avión para presenciar el concierto que tenían programado en París y que suponía el final de la gira europea. Eran los tiempos pre internet y tenía la descerebrada costumbre de no llevar reservado ningún alojamiento cada vez que viajaba al extranjero para ver algún concierto, siempre nos dedicábamos a encontrar un lugar donde dejar descansar nuestros machacados huesos y alcoholizadas venas buscando por los alrededores al llegar a la sala de turno de la actuación. Es por esto, estimados lectores, que os podéis imaginar las calidades de los antros que acabábamos encontrando y las esperpénticas peripecias que nos tocaba degustar. La de situaciones atómicas que habremos vivido con ese modus operandi... que nostalgia de aquellos años de jovencitos aventureros que acabábamos en los peores tugurios y pagando un pastizal... aunque llenos de esa extraña excitación que te hace sentir vivo.

Don Dokken: John Norum, Don Dokken, Billy White. Mikkey Dee y Peter Baltes.

Pero prosigamos con el relato. El caso es que, tras unos cuantos avatares de variada enjundia, al final nos encontrábamos dentro de la sala minutos antes de comenzar la actuación. Nadie en escena, de pronto suena entre bambalinas lo que debería ser la guitarra de John Norum.... pero que no sonaba a John Norum. Instantes después salen a escena... y ni rastro de Norum. En su lugar estaba un perfecto desconocido para nuestros ojos que resultó ser Alex de Rosso. Un Don Dokken con cara de haber estado de fiesta toda la noche anterior empieza a vacilar al respetable entre tema y tema, haciendo estúpidas comparaciones entre las actuaciones que se realizaban en Europa frente a las de Norteamérica. Todo con una pose arrogante entre entretenida e insufrible. No parecía su mejor noche, desde luego. Realizaron su actuación y al final de la misma incluso el batería destrozó parte de su kit, cosa que casi nunca suele hacer en directo. Al final nos enteramos de que John Norum les había dejado tras el concierto anterior y una fuerte bronca entre los músicos. Joder, qué suerte tuvimos, me cago en mi puta vida. Nótese que para nosotros contemplar en directo a Norum era un aliciente añadido al show, por lo que la sorpresa y el palmo de narices que se nos quedó fue mayúsculo. No podían haber discutido antes de comenzar la gira o tras el concierto parisino. No, tenían que hacerlo justo antes de la actuación para la que nos habíamos desplazado mil trescientos kilómetros. En fin, that's Rock'n'Roll, baby. Esa noche aprendí un puñado de lecciones que me han venido muy bien el resto de mi vida: nunca des nada por sentado hasta que de verdad ocurra, piensa en el futuro pero vive y siente el presente, no te desgastes demasiado cuando las cosas te vengan mal dadas y aprende a relativizarlo todo... y, sobre todo, haber comprado un ticket para un concierto nunca te garantizará que puedas llegar a verlo.

Don Dokken & Alex de Rosso.

Don Dokken, George Lynch, Jeff Pilson y Wild Mick Brown. Cuatro forajidos curtidos en mil batallas que supongo jamás volverán a recuperar esa magia de mediados de los ochenta, pero que nos han llenado de felicidad a muchos de nosotros y lo siguen haciendo.

 


 

 

 

George Lynch, Jeff Pilson, Don Dokken & Wild Mick Brown.

 

 

martes, 7 de junio de 2022

Europe: "The loner". Homenaje de John Norum a Gary Moore.

Gary Moore falleció un triste 6 de Febrero de 2011. Tan solo trece días más tarde Europe, de la mano de John Norum, decidió hacerle un merecido homenaje interpretando el universal clásico instrumental titulado "The loner" y popularizado por el propio Gary Moore en su disco "Wild Frontier". Conviene recordar que el original apareció en el disco "Over The Top" de Cozy Powell allá por 1979 y estaba dedicado a Jeff Beck. El 19 de Febrero de 2011 los Europe se subieron al escenario de la sala Shepherd's Bush Empire en pleno corazón londinense para registrar en vivo esta versión tan especial del clásico atemporal que John Norum se sacó de la manga.

Que Gary Moore es uno de los ídolos y las principales influencias de John Norum es algo que no se preocupa por esconder ni el mismo Norum; normal, siendo tan bueno has debido aprender de los más grandes y eso se nota en cuanto le escuchas tanto tocar como crear música. Incluso el disco en solitario del propio John titulado "Another Destination" y publicado en 1995 está dedicado al genio irlandés de las seis cuerdas. Con semejante cumplido ya queda bastante claro el asunto de por sí.

Pese a no ser composición suya, "The loner" ha quedado como una de las muestras más desbordantes del talento, el gusto y la clase de Gary Moore a la guitarra solista. En el año de su fatídica muerte muchos guitarristas de todo el mundo interpretaron en algunos de sus directos una versión de dicha canción; con mejor y peor fortuna, por supuesto. En algunos shows pude escuchar a algún que otro guitarrista de esos reconocidísimos rendir merecido homenaje al maestro Gary ejecutando dicho solo... en algunos casos de una manera bastante desafortunada, por cierto. Pero esto es marginal.

Lo que es cierto es que de todas las versiones que he escuchado homenajeando a Moore -y han sido unas cuantas, os lo puedo asegurar- la mejor y con sobrada diferencia es la que aquí ejecuta nuestro admirado John Norum. Empuñando el modelo de Gibson Les Paul que el propio Gary tuvo la suerte de comprar a Peter Green -parece ser que el propio Green insistió en que un honrado Gary se quedase en propiedad su querido instrumento; otro día contamos la interesantísima historia completa- Norum se marca una interpretación que te pone la carne de gallina y hace que broten lágrimas de tus ojos mientras la escuchas. Todo ahí es correcto: la interpretación, cadencia, tempo, técnica, manejo de la intensidad... Si jamás has escuchado a John Norum y te ponen esta pieza, ves claro que sentía algo especial por la canción de Gary Moore. Para todos esos guitarristas come escalas que se creen algo y no salen del asunto de saber pulsar mucho y rápido pero solo eso; y para todos los amantes de la guitarra tocada con talento, técnica y pasión. Con todos ustedes: Mr John Norum.

 

 



martes, 17 de mayo de 2022

El sentido homenaje de Europe a Phil Lynott: “Hero”.

Que Joey Tempest y John Norum son fanáticos de Thin Lizzy no es ningún secreto, ellos mismos se han encargado de dejarlo claro siempre que han tenido la ocasión. La música y la figura de Phil Lynott es muy alargada, desde luego, por lo que es normal que cualquiera que sienta algo por la guitarra eléctrica y las melodías imperecederas se fije en este mítico grupo. Tampoco oculta Norum la pasión que siente por el guitarrista Gary Moore, otro de esos escasos elegidos tocados con el dedo divino. El genio de las seis cuerdas irlandés puso su talento al servicio de Phil Lynott en discos tan imperecederos como “Nightlife” o “Black Rose” además de otras conocidas colaboraciones entre ambos. Cualquiera que esté familiarizado con la música de Moore puede observar en cuanto acerque la oreja a John Norum influencias obvias en cuanto a forma, estilo y técnica; nada de copia, pequeños detalles aquí y allá dentro del propio estilo de Norum. El camino natural que se supone debe seguir cualquier artista: haber crecido amueblando tu coco con los grandes para luego desarrollar tu propio estilo si posees el talento necesario para este fin. El homenaje que John Norum le dedicó a Gary Moore cuando falleció este último interpretando el clásico “The Loner” de Moore y que quedó registrado en el directo de Europe titulado “Live At Shepherd’s Bush. London” de 2011 sencillamente quita la respiración, pero esto es marginal.

Phil Lynott & Gary Moore.

Pese a atesorar calidad y talento de sobra, la nave Europe dejó de orbitar a principios de los duros años noventa, tiempos difíciles para el Hard Rock clásico tras la irrupción del Grunge. Los músicos de Europe siguieron diferentes caminos mientras dejaban descansar la marca que registró el inmortal “The Final Countdown”. Nótese que, a diferencia de practicamente todos los demás grupos que alcanzan el éxito, los componentes de Europe nunca llegaron a llevarse mal. Tempest y Norum, el tándem creativo que ha dirigido los designios del grupo desde sus inicios, decidieron que el inicio del nuevo milenio era el momento idóneo para volver a trabajar juntos y resolvieron resucitar al grupo invitando al resto de la formación clásica; incluso Kee Marcello fue de la partida formando a dos guitarras por primera y única vez en la historia de esta formación. Para el recuerdo queda el único show que ofrecieron como sexteto, un estrambótico mini concierto de fin de año del que ya hablamos aquí.

Pronto Marcello dejó de ser de la partida. Pasó un tiempo y en 2004 nos sorprendieron a todos con un pedazo de discazo de reunión bajo el apropiado título de “Start From The Dark”. Un trallazo pleno de potencia y melodía a partes iguales en el que eran capaces de redefinir su propio sonido conservando sus señas de identidad de los ochenta y añadiendo nuevos matices. Mucha gente dijo en su día que era un sonido distinto y que nada tenía que ver con los teclados de “Final Countdown”, que si solo sonaban como John Norum en solitario y cosas por el estilo… tonterías; no cabe duda de que el sonido que le gusta a Norum está ahí, pero igual de reconocibles son las melodías de Tempest comandando las canciones con su sello Europe distintivo. A todo aquel que dude de esto le invito a que me diga qué canciones de John Norum en solitario suenan como las de los discos de Europe del siglo XXI… y si lo charlamos resguardados en cualquier barra de cualquier tugurio bajo la luz de la Luna, pues tenemos para toda la noche.

Un ejemplo ilustrattivo lo tenemos en el tema “Hero”. Sentido homenaje a Phil Lynott y sus Thin Lizzy. La música, figura y genio del músico irlandés está presente en esta auténtica declaración de principios del grupo. Joey Tempest nos presenta sin duda una de sus mejores letras, de esas que se nota que te salen de lo más hondo de tu ser cuando de verdad admiras algo o a alguien. Un pequeño ejemplo:

 

“No es que no pudiera soñar de no ser

porque tú me hayas enseñado a hacerlo.

No es que no pudiera luchar

de no haber sabido cómo ha sido tu vida.

 

No es que no fuera capaz de aguantar

al pie del cañón con mis amigos.

Nos trazaste un camino a todos

cuando nuestros días escaparon.

 

Porque tú eres mi héroe

Mi viernes por la noche.

Escribiste la banda sonora de mi vida

Y me diste algo en lo que creer mientras crecía

Fuieste y todavía eres

el Rock en mi vida.”

 

Cuando eres capaz de escribir versos como los anteriores, demuestras tres cosas: que tienes talento para juntar letras, que sientes el Rock en tu alma y que tienes muy claro a quien le tienes que estar agradecido por ser capaz de experimentar esa sensación que muchos anhelan y solo unos pocos consiguen sentir.

Tanto la música como las líneas melódicas desprenden un regusto a la música de Lynott que rebosa clase y sin hacer ni una sola concesión al propio estilo de Europe. Una canción más grande que la vida. El vídeo clip oficial, pues con imágenes de un grupo de jóvenes que empieza en esto de la música alternadas con otras de Tempest & Norum en la actualidad... más autobiográfico, imposible; mas sincero y emotivo, tampoco.

 


 

 

 

 

 




 

viernes, 31 de diciembre de 2021

Europe: New Year's Eve 1999-2000.

Tal Nochevieja como esta hace veintidós años volvían a subir juntos a un escenario los componentes del grupo sueco Europe. Tras haber disuelto el exitoso combo que les hizo tocar el cielo en los ochenta de la mano del inmortal "The final countdown" y de un nutrido número de temas que a día de hoy son clásicos grabados a fuego en los corazones de varias generaciones de seguidores del Rock, la formación de Joey Tempest, John Norum y compañía dejaron la nave amarrada para atravesar la angosta y difícil travesía de los años noventa por separado. Norum encarriló una carrera como solista que continúa en la actualidad tan buena y excitante como falta del merecido reconocimiento. Tempest por su parte grabó dos discos por su cuenta igual de recomendables y con el mismo escaso éxito. Kee Marcello después también grabó con Red Fun e inició su carrera en solitario. El teclista Mic Michaeli y la base rítmica formada por John Leven e Ian Haugland alquilaron sus talentos al mejor postor, acompañando durante un tiempo la vuelta al rueda de Glenn Hughes en su interesantísima y recomendable etapa más AOR.

Que todos ellos eran y siguen siendo unos músicos como la copa de un pino es algo que no se discute, pero de cualquier modo estaba claro que ninguno había conseguido escalar las elevadas cumbres que conquistaron con Europe. Nunca se llegaron a llevar mal entre ellos, la marcha de Norum siempre estuvo ligada a diferencias musicales y de gestión del rumbo del grupo, por lo que la reunión era algo que todos sus seguidores esperábamos que ocurriese tarde o temprano.

Y nuestras plegarias fueron escuchadas. Tempest y Norum se juntaron, hablaron y decidieron volver a poner la nave en marcha. En un principio se consideró también a Kee Marcello como segundo guitarrista, parece ser que hasta se llegó a hablar de la posibilidad de una gira con los seis miembros, aunque finalmente desestimaron sus servicios y volvieron al quinteto clásico que tantos éxitos cosechó. Marcello aborda todo ese asunto y muchas más cosas en su biografía, una de tantas que este humilde servidor está deseando leer en cuanto encuentre el hueco adecuado. A finales del año 2000 publicaron en un maxi una remezcla que no era más que una cochambrosa versión discotequera de su clásico por excelencia, titulado “The Final Countdown 2000”, y que, pese a todo, debo reconocer que en su día nos dio mucho juego a los colegas cuando nos íbamos de fiesta en el coche para arrasar la ciudad, el pueblo o lo que quiera que fuese que se pusiese en nuestro camino.

El primer y único concierto que ofreció esta inédita reunión con seis miembros tuvo lugar en la isla de Skeppsholmen, ubicada en Estocolmo, la capital de su querida Suecia. Antes de que se acordase llevar a cabo la esperada reunión todos los componentes del grupo recibieron la oferta para llevar a cabo este mini concierto con motivo de la celebración de la entrada del nuevo milenio y aceptaron. Los seis miembros se subieron a las tablas en una madrugada heladora de esas del norte de Europa para tocar “Rock the night” y “The final countdown” coincidiendo justo con el inicio del nuevo milenio. Resulta del todo cachondo ver a Joey Tempest & cia helados de frío mientras tocaban en vivo, de hecho podías observar el vapor que exhalaban al respirar fruto de las temperaturas bajo cero que se gastan por esas tierras. Al final resultó la única ocasión que el grupo actuó con los dos guitarristas, ya que John Norum llamó rápidamente al orden a todo el mundo y Kee Marcello fue acompañado hasta la puerta de salida.

Tras esta actuación volvieron a aparecer los rumores hasta que un dos de Octubre de 2003 finalmente anunciaron que Europe volvía. Publicaron al año siguiente el estupendo “Start From The Dark”, volvieron a la carretera ofreciendo directos de muchos quilates y el resto es historia. Sin embargo, queda para la posteridad ese bizarro momento en la madrugada de la fría Nochevieja de Estocolmo volviendo a interpretar en directo dos de sus piezas más atemporales como sexteto. Europe nos desea desde la fría Suecia un feliz Año Nuevo.

 


 

 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Glenn Hughes & John Norum. Lo que pudo ser y no fue.

Que John Norum es un grandísimo músico, guitarrista y compositor es algo que ofrece muy pocas dudas para todo aquel que esté familiarizado con su discografía y para toda la humanidad que, aunque ni le identifique, haya disfrutado en algún momento de su vida con el clásico álbum “The Final Countdown” de Europe en el que nos regala esas composiciones tan inspiradas y esas guitarras tan punzantes y agresivas como melódicas y bien estructuradas. Otro día hablaremos de los Europe, trufado de músicos virtuosos y dotados con el don de la melodía; uno de los mejores grupos de Hard Rock que te puedas llevar a la oreja y a su vez uno de los más denostados por cierta parte del público rockero supongo que por su mega estrellato de finales de los ochenta.

Y de Glenn Hughes poco más se puede decir que no hayamos dicho desde estas páginas: un tipo con una voz y un talento sobrenatural, único y a años luz del resto de los pobres mortales. La unión de estos dos talentos seguro nos habría proporcionado experiencias extraordinarias a todos sus seguidores y lo cierto es que hubo un momento en el que ésta casi llega a materializarse, pero al final no pudo ser. John Norum y Glenn Hughes nos legaron para la posteridad un único álbum bajo el título de "Face The Truth", salió como disco solista de Norum y entre sus surcos desplegaron una muestra de talento que tira de espaldas a todo aquel que sienta algo cuando escucha el sonido de una guitarra eléctrica o una voz de afinación perfecta, bello sonido y tono estratosférico.

Pero vayamos al principio. A finales de los añorados años ochenta Glenn Hughes se encontraba del todo inmerso en sus demonios personales, impidiendo que unas capacidades tan increíbles como las suyas no pudiesen mostrar continuidad en ninguno de los proyectos musicales que emprendió durante esos años. Hughes fue adicto a la cocaína desde mediados de 1974 hasta 1991, volviendo a caer en estos infiernos durante seis veces más hasta que tomó su última copa el veintitrés de Noviembre de mil novecientos noventa y siete. Unos veinticinco años de adicción y otros tantos de sobriedad hasta el día de hoy. Un tipo con una vida singular, seguro, y con cientos de vivencias que contar; desde luego.

En 1987 los suecos Europe tocaron el cielo con su excepcional disco "The Final Countdown". Lo tenían todo para triunfar en esos años y así lo hicieron. Tenían imagen, talento, eran grandes músicos, compositores y, sobre todo, tenían canciones. Su música y su rollo era lo que pasó a llevarse en esos años, triunfaron en las listas, todo Dios -y me refiero absolutamente a todo Dios- conocía su mega hit "The Final Countdown". Junto a Bon Jovi arrasaron en los charts del mundo entero, pese a ser muy distintos entre sí. Despertaron envidias e inquinas entre seguidores, prensa, incluso otros músicos y demás mediocres estreñidos incapaces de reconocer su talento. En esos momentos el mundo era suyo, como lo fue tan solo un puñado de años después de Guns n' Roses. Sin embargo, en plena cresta de la ola, John Norum sorprendió a todo el mundo y abandonó la nave. No le gustaban determinadas decisiones y estrategias que comenzaron a dirigir el rumbo del grupo y los dejó poco después de publicarse el disco, con toda una gira mundial planificada y pasta a saco por todos los lados. Nada de eso pareció relevante para él, quería el control total sobre su música; de un tipo que creció influenciado por gente como Thin Lizzy o Gary Moore no se podía esperar menos. En 1987 sacó su primer disco en solitario, titulado "Total Control", ya con ese nombre lo dejaba todo bastante claro. Era un pedazo de disco en el que formó equipo con el tristemente fallecido Marcel Jacob, otro que toca que se caen los cojones al suelo. Tan solo unos pocos meses después surgió la posibilidad de colaborar con Glenn Hughes y nuestro hombre no se lo pensó dos veces. El manager de John se puso en contacto con La Voz del Rock y Glenn Hughes aceptó trasladarse a Suecia para trabajar en el proyecto con Norum. Hughes comentó que no conocía la música de Europe, pero que cuando vio el vídeo clip de “The final countdown” le gustó mucho el sonido del guitarra que le recordaba directamente a Gary Moore, con ese toque tan intuitivo y melódico; de hecho Hughes aceptó la oferta porque le gustó el estilo de Norum. John Norum invitó a Glenn Hughes al concierto que el propio Norum iba a realizar en el Hammersmith Apolo de Londres como artista invitado de Ace Frehley. Recuerda Glenn que ese día estaba sobrio y tras la actuación aceptó la oferta de Norum para grabar con él un disco y su consiguiente gira. Glenn y Christine, su novia de entonces, tomaron un vuelo a Estocolmo, donde les estaban esperando para ubicarles y comenzar los ensayos. Por aquellos entonces Hughes estaba del todo enganchado a la cocaína pero, como era consciente de que John Norum no quería saber nada del tema, tomó la decisión junto a su novia de no consumirla durante su estancia en Estocolmo. Por desgracia las cosas se torcieron casi desde el principio. Glenn recuerda que cuando se montó en el avión venía de estar toda la noche de fiesta, dentro de la nave empezó a sentirse mal y acabó vomitándose encima un perrito caliente que había decidido ingerir un rato antes. Lo cachondo es que comenta el propio Hughes que no tenía otra muda para cambiarse y que tuvo que aguantar estoicamente los nada cómodos restos del dichoso perrito ante las sorprendentes y descalificadoras miradas de los que estaban sentados a su lado. Nada más aterrizar la gente del equipo de John Norum les estaban esperando. Se estuvieron hospedando en casa de un amigo del propio Norum.

Las sesiones se desarrollaron de lunes a viernes, teniendo el fin de semana libre. No tardó nada Glenn en decidir dedicar sus fines de semana al consumo del demonio blanco en cualquier tugurio de la zona. La llamada interior surgió con la posibilidad de consumir algo de speed, una droga que ya había usado durante las sesiones de grabación de su disco en solitario “Play Me Out” –otra joyita–, y que le permitía tocar aunque estuviera colocado. Al principio esto no afectó a la ética de trabajo, pero a los pocos días la adicción pasó del sábado y el domingo al lunes, martes y suma y sigue. Conviene aclarar que Glenn cada vez que se ponía podía estar hasta cinco o seis días sin dormir, sumido en su particular nube de excesos. Todo esto lo detalla con una desnudez sobrecogedora en su excelente autobiografía; de lectura obligada para todo aquel que le guste leer letras juntas con criterio, te guste o no el Rock n' Roll.

Glenn solía visitar un bar restaurante local llamado Geno, allí empezó a codearse la creme nocturna y volvió a dar rienda suelta a sus demonios. Recuerda que en una de esas conoció al tenista Vitas Gerulaitis y le acabó acompañando a su apartamento para colocarse juntos. El viejo adicto que latía en él había vuelto y el proyecto con John Norum se fue al garete. Christine y Glenn se mudaron a otro apartamento en Estocolmo, cruzando el río, pero el asunto no dio para más. Como el propio Hughes relata, con ese aire de simpleza, pesar y sinceridad, no es fácil ni divertido convivir con un adicto.

El único concierto que ofrecieron fue una actuación en Goteborg para la televisión nacional el veinticinco de Mayo de mil novecientos ochenta y ocho. Glenn se subió al escenario para interpretar con John el tema “I got your number” de su disco “Hughes & Thrall” y “Reach for the sky” del “Run For Cover” de Gary Moore, publicado tan solo tres años antes y en el que Hughes había tocado con el propio Gary –otra colaboración que acabó en desastre por culpa de las adicciones de Glenn-. Poco después  Larry Mazur, mánager de John por entonces y que también lo fue de los últimos días de Hughes & Thrall, informó a Hughes que lo mejor sería que dejase el proyecto y volviese a su casa. Le vino a decir que en su estado era imposible continuar y que debería volver a su casa y poner sus cosas en orden. Relata Glenn Hughes que John Norum quedó destrozado con la situación, pero que no le quedó otro remedio. Normal, nadie en su sano juicio se quedaría bien tras dejar pasar por tu puerta el tren de Glenn Hughes. Posteriormente, un Hughes rehabilitado lo habló todo con John Norum y todo quedó enmendado como caballeros. Lo que pudo ser finalmente no fue, pero esto es marginal.

                                  John Norum & Glenn Hughes: "I got your number". Getobrg. 25.5.88.

Tan solo tres años más tarde Glenn se enfrentó en serio a su problema acudiendo a rehabilitación. Era la segunda vez en su vida que lo hacía. Poca gente lo sabe, pero en 1975 los Purple ya le mandaron a casa de sus padres en Cannock para buscar la manera de superar su creciente adicción a las drogas. Lo que pasa es que en aquellos años no existían las clínicas de desintoxicación y, según cuenta Glenn, lo único que hicieron fue ponerle a un médico que le sedaba para que estuviese adormilado y no se drogase. En cuanto dejó la sedación volvió la adicción. No obstante a principios de los noventa y tras un susto muy gordo acudió a la famosa clínica Betty Ford para seguir un programa de desintoxicación. Un nuevo Glenn Hughes con renovadas fuerzas y energías aceptó la oferta del sello de Mike Varney para grabar un disco de Blues en 1992 que le devolvía a la música y a la actualidad, pero ahora limpio. Varios músicos colaboraron en este disco; entre ellos John Norum, que tocó la guitarra en los dos primeros temas: “The boy can sing the blues” y “I’m the man”. Hughes le devolvió el favor a John colaborando en el nuevo disco en solitario del sueco, titulado “Face The Truth”. Aquí montaron un tándem que colaboró en siete de las once canciones que aparecen en el disco. Ni que decir tiene que este álbum es una de esas preciadas maravillas que te alegran el día en cuanto lo escuchas, Hard Rock poderoso de alto octanaje del que te vuelve loco. El personal toque de Glenn está presente en todas las canciones que compone e interpreta. Sin embargo la cosa se quedó ahí. El nuevo Glenn Hughes quería rehacer su propia carrera en solitario mientras que John Norum se fue acercando a sonidos más pesados, sin perder nunca su toque dorado –Joey Tempest dixit–, que son los que han determinado sus posteriores discos. El momento 1988 se desvaneció para siempre. Sin embargo los dos nos han legado esta estupenda muestra de lo que pueden ser capaces de hacer juntos si los astros se alinean y sus universos vuelven a cruzarse en las condiciones necesarias. Solo el tiempo tendrá la respuesta.

 

                                     John Norum: "Time will find the answer". Glenn Hughes a la voz.